MÚSICA PARA EL ALMA

jueves, 22 de marzo de 2012

DEBO DECIRTE ADIÓS



DEBO DECIRTE ADIÓS

Debo decirte adiós.
Y acaso estás conmigo.

Tu cuerpo sigue tocándome,
porque te has ido tú, acaso.

Ausente, melancólica,
en un jardín de estanterías,
rosas desodorantes,
y pilas de Coca Cola
dibujo la raíz de otra primavera.

Porque aún nace tu recuerdo
del beso en el que te besaba.

Del sitio de ternura
en el que te quería.

Debo decirte adiós.

Y acaso estás aún conmigo.

miércoles, 21 de marzo de 2012

YA HABREMOS MUERTO



YA HABREMOS MUERTO

Ya habremos muerto
para entonces.

Cuando termine el poema,
y contigo la belleza
que he tenido que buscar
en los libros que no pude
leer mientras te besaba.

Ya habremos muerto
para entonces, nosotros.

martes, 20 de marzo de 2012

MANOSEO LA IDEA



MANOSEO LA IDEA

Manoseo la idea.
El poema me devuelve
su piel de versos.

Paseo por su avenida
de dudas, sosiega y tristeza.

Las lágrimas bajan por los ojos,
y un recuerdo las convierte
en cristal para la vitrina
de la memoria.


De la mejilla florece
una palabra.

Es primavera en la inspiración,
y la toco, y la siento
como el cuerpo de una dama
en flor sobre las raíces
terrenales de mis dedos.

Alcanzo el mundo
en el silencio.

Manoseo la idea.
Nazco otra vez
en la estrofa.

AÚN SIGUE DE VIAJE



AÚN SIGUE DE VIAJE

Van caminando de la mano, con los dedos entrelazados como las enredaderas que abrazan las fachadas de las casas al posarse la primavera. El lazo del amor sella sus latidos como la lluvia las raíces de un árbol que se asienta sobre la tierra para regalar sus hojas al campo. En los volcanes de Lanzarote parece descansar algo más que lava extinta. Arde el cariño en cada paso. Es su primera luna de miel y las miradas viajan por el paisaje como las nubes cual palomas blancas sobre un cielo siempre despejado y añil. Son cómplices de un paraíso en el que se detienen los relojes y las huellas de las ruedas sobre la carretera. Nada pasa, solo la ternura sobre los labios y los viandantes por las angostas calles.

- Carla, ¿Te lo estás pasando bien?
-¿Cómo puedes preguntarme eso? Me encantaría que me estrechases siempre la mano como ahora. Y siguiéramos viajando por el brillo de nuestras pupilas para siempre.
- Qué bonito
- Es la verdad.

Y no mentía. Aún parece seguir transitando aquellos parajes idílicos. Ya casi no puede entablar una conversación de dos oraciones seguidas. Mira ausente desde la ventana el paisaje urbano y solitario del barrio en el que vive desde hace algunos años con Tomás, su marido. Lleva ya algún tiempo morando solo los mundos inefables del recuerdo desde que el Alzheimer le robó el presente. Todavía no ha terminado de ponerse el anillo cuando Tomás la llama para que caliente la leche.

- Carla, ¿vienes conmigo a calentar el desayuno?
-Solo quiero que me sigas estrechando la mano.

Aún sigue de viaje.

lunes, 19 de marzo de 2012

ESTÁS MUY LEJOS



ESTÁS MUY LEJOS

Estás tan lejos
que estos labios
se han quedado solos
besándote.

Y embarco en los recuerdos
para cruzar la distancia
que debe surcar una barca
de papel para llegar
al mar de tus abrazos.

No has muerto todavía.

Solo estás muy lejos.

A un beso
de estos labios
de tinta que te escribo.

AÚN SOMOS JÓVENES



AÚN SOMOS JÓVENES

Aún somos jóvenes.
Nuestro recuerdo es joven.

Y es sereno, tranquilo.
Detiene el tiempo,
desorienta los relojes,
y hace que el mundo gire
del revés mientras beso
a solas tus besos de aire.

Aún somos jóvenes
como una ola que está
todavía por romper,
y no ha gritado
su última gota sobre la orilla.

Somos jóvenes
como la belleza que reposa
sobre una guitarra
para volverse música
flotando en el viento.

Y como el poema que recorro
verso a verso con las palmas
húmedas de la metáfora,
mientras vacilo con tu piel
a desarrancar calendarios.

Aún somos jóvenes,
porque no te olvido.

Y la eternidad ya es nuestra.

Aún somos jóvenes.

domingo, 18 de marzo de 2012

SIN PETER PAN



SIN PETER PAN

Se despierta la ciudad.


El agobio habita las esquinas
como las amapolas el jardín
de una primavera sin anunciarse,
gris y poco verde.

Y a veces el tiempo corre
tan deprisa sobre el asfalto
que no da tiempo
de tener tiempo.

Se acabaron, a veces,
o eso parece los sueños.



Peter Pan ya se ha ido
volando lejos de Campanilla,
y Alicia se quedó sin sus maravillas
sobre los puentes del hastío
en cuyos bajos moran
demasiados mundos invisibles.

Porque, tal vez, han crecido
demasiado los ojos.
Y no sueño tanto como antes
cuando seguía despierto
en mis barcos de papel
tras las sábanas y la fantasía.

La guerra también corta
con tijeras de pólvora
los columpios de la inocencia.

Aunque quiero que viva
el sueño en este mundo
sin más fantasía que los bolsillos
tintineando próximos viajes
a un paraíso de alquiler.

Y sigo esperando que llegue
otra vez la noche.

Para que se duerma
la ciudad. Y vuelva
a sonreírme como antes
Peter Pan sobre la almohada.