SIN PETER PAN
Se despierta la ciudad.
El agobio habita las esquinas
como las amapolas el jardín
de una primavera sin anunciarse,
gris y poco verde.
Y a veces el tiempo corre
tan deprisa sobre el asfalto
que no da tiempo
de tener tiempo.
Se acabaron, a veces,
o eso parece los sueños.
Peter Pan ya se ha ido
volando lejos de Campanilla,
y Alicia se quedó sin sus maravillas
sobre los puentes del hastío
en cuyos bajos moran
demasiados mundos invisibles.
Porque, tal vez, han crecido
demasiado los ojos.
Y no sueño tanto como antes
cuando seguía despierto
en mis barcos de papel
tras las sábanas y la fantasía.
La guerra también corta
con tijeras de pólvora
los columpios de la inocencia.
Aunque quiero que viva
el sueño en este mundo
sin más fantasía que los bolsillos
tintineando próximos viajes
a un paraíso de alquiler.
Y sigo esperando que llegue
otra vez la noche.
Para que se duerma
la ciudad. Y vuelva
a sonreírme como antes
Peter Pan sobre la almohada.
0 comentarios:
Publicar un comentario