MÚSICA PARA EL ALMA

domingo, 19 de octubre de 2008

GIGANTE

GIGANTE

Echo, a veces, tanto de menos
volverme gigante con tu nombre
sembrado en mi garganta.

Lo echo tanto de menos,
cuando sólo asoma en una tarde
otra hipótesis de calor
que quisiera que me abrasara
en tu cuerpo.

Pero sólo queda un gran frío.
La soledad que atormenta,
un fantasma en el asfalto.
Y la sensación de ser tan pequeño
como nada, y casi todo.

Porque no tengo tu nombre
sembrado en mi garganta
para que me haga gigante.

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