SI QUIERO VOLAR
Si quiero volar, a veces,
me basta con pintarme
unas alas en la espalda,
unas dosis de cansancio,
y las ganas de aislarse
en el sueño de lo demás.
Pero, otras, no es suficiente.
Porque pesa, a veces,
demasiado soltarlo todo,
abandonarse a la extenuación
y dejar que tras los ojos
se abra el telón de lo interminable.
Tanto como una severa dosis
de realidad lejana al mar,
y las olas que se pueden cabalgar
en zapatillas.
Tanto pesa, a veces, soñar.
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