EN CLAVE DE MÚSICA
Los ruidos pueden sonar,
y dejar de hacer ruido.
Pueden formar, incluso,
parte de un silencio
imperteceptible.
Y tornarse grandes melodías.
Yo ahora le pongo un re menor,
tal vez, a las lágrimas.
Un do mayor hacia sol
para que amanezca
un nuevo pentragama
entre el barullo urbano.
Y así me calmo ahora.
Y curo mi voz herida
de metrópoli hasta la garganta.
En un poema que sale
a otra órbita planetaria
de letras donde no cabe
el ruido entre los acordes.
Vivo o quisiera, tal vez,
ahora, vivir mi segundo
en clave de música.
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