QUISIERA NO TENER PRISA
A veces, quisiera no tener prisa.
Quisiera pensar que el tiempo
no me arranca cada vez más
del pecho tu invisible belleza.
Pero es así. Detener el dolor
de calendario arrugado
de las agujas es imposible.
Y no me queda mucho
para seguirte esperando.
La arena se desgasta
en el fondo de un precipicio
de minutos sin casi horas.
Y aún sigo contemplando
tus ojos sólo a través del aire.
Quiero mirarte alguna vez.
Deseo que me esperen
algún mediodía tus pupilas
sin lágrimas de un eterno
hasta luego en los ojos.
Ansío no imaginar
cada madrugada que atraviesa
tu brillo un amanecer
efímero como el viento que acaricia
la ventana para después
marcharse alígero, y viejo.
Y quisiera quererte
sin que se me vaya la ternura
en estos folios.
Porque no me queda mucho
tiempo para amarte
toda la vida ausente.
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