EL AULA 0.11
En este búnker nadie se protege de algún bombardeo cuyo fragor no alcanza a rebasar paredes metálicas y blindadas. Y es cierto que la luz del Sol parece haberse extinguido bajo las titilantes y cándidas luces de los fluorescentes en su interior, aunque no haya habido guerra que se haya adelantado a las arrugas del tiempo y la huella impregnada de memorias y café de los papeles olvidados. Algunas veces, tras las ventanas cerradas, no transita otra cosa que un murmullo de voces lejanas y cansadas. Sin embargo, hay algunas cosas que perturban el silencio y la semioscuridad aquí: el eco de de las preguntas, en ocasiones demasiado resonador y estridente, y el susurro continuado de las lecciones. Algo triste es el aula 0.11
0 comentarios:
Publicar un comentario