DE LA AMISTAD A TI
Contábamos nuestras historias
casi abrazados a las páginas
de piel de un arrumaco.
El cariño, entonces, ya corría
por los poros como las nubes
cuando parecen desencadenar
gaviotas blancas sobre el cielo.
Y un buen día nos marchamos
hacia un beso.
Paseamos por la calle
de la belleza como dos transeúntes
henchidos de ternura.
Y nos amamos al fin.
Atravesamos el cariño.
Fuimos aquella tarde
la distancia que separa
la amistad de ti.
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