MÚSICA PARA EL ALMA

miércoles, 25 de noviembre de 2015

VINISTE AQUELLA NOCHE



VINISTE AQUELLA TARDE

Viniste aquella tarde sin alardes,
y sin muchos aspavientos diría.
Te trajo un aire de mediodía
que quiso quedarse un rato
más que de costumbre
en mis pupilas
pobladas de tristeza
y ocasos.

Llegaste con tu pelo
de estrellas a las constelaciones
lejanas de mi cansancio
ya casi hecho sueño de maravilla.

Y te quedaste en mis palabras,
desde entonces, como se aferra
una hiedra a las raíces
de cemento de una casa
aún en pleno otoño.

Viniste aquella tarde sin alardes.
Y sin llegar a rozarme
las manos.

Tal vez, porque solo viniste
a tocarme aquella tarde el verbo
que ahora se refleja
en estos labios tuyos
de metáfora y nostalgia.

A fin de cuentas,
eras solo un recuerdo.

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