MÚSICA PARA EL ALMA

sábado, 9 de abril de 2016

MONÓLOGO DEL NIÑO QUE ESPERA



La cuestión, a veces, no radica en salir de viaje hacia lo desconocido. Y más cuando hablamos de nosotros mismos. Quizás nunca nos fuimos. Quizás solo nos distraímos durante algún tiempo, hasta que nos dimos cuenta de que nunca nos hemos acabado de ir de aquel sitio de recreo y asueto al que, en realidad, queremos volver. Aquel ser que se columpiaba en los sueños como el niño sobre la paz y la guerra mientras juega inocente con sus muñecos de Playmobil nos aguarda sin prisa. No está enfadado. Solo tiene ganas de volver a vernos, con los ojos abiertos y el alma nuevamente despierta. 

¿Dónde estabas? Llevo un tiempo aguardando tu llegada.
Me había apagado, pero he vuelto a encenderme. Nunca debí irme de tu mirada.

Monológo de un niño que se niega a dejar de serlo, pese a sus casi treinta y un años.

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