ENCIÉNDETE
Enciéndete. Trasciende
tu rutina, y mírate bien dentro.
No te apagues en la rutina
como la lluvia cuando amaina
la fuerza efímera de una tormenta.
Eres todo luz,
aunque en algún momento,
al descender de aquellos columpios
en los que jugabas con el tiempo
a ser casi inmortal y soñador,
lo olvidaras brevemente.
Enciéndente, mientras miras
bien dentro de ti,
y ante todo vives.
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