MÚSICA PARA EL ALMA

domingo, 4 de diciembre de 2016

A VECES TE DESPIERTAS



A VECES TE DESPIERTAS

Ahora parece despertarse
de un dilatado letargo vespertino.

Acaban de darle la merienda.
Y cansadamente los párpados acuden
al auxilio de sus trémulas pupilas,
aunque ya no le amanezca el verbo
en ninguna de su sílabas,
indigentes ausentes de su silencio,
mórbido e impuesto.

De cuando en cuando,
se le despierta algún susurro,
emigrante monosílabo de su desmemoria,
hacia mis tímpanos que asisten,
tal vez, más atentos a lo que calla
estrepitosamente su sempiterna sonrisa.

Y hoy hay tormenta afuera,
pero tú, mamá, eres mágica,
porque al mar transparente de tus pupilas
ya no hay quien lo envilezca.

Todo se aquieta a tu alrededor,
y tu corazón y el mío laten
en una música inaudible
que solo escuchan nuestras miradas
desde el alma desnuda,
sin ciudades grises ni ruidosas.

A veces, te despiertas, mamá,
aunque ya a tus labios no acuda
tan fluida como antes la palabra.

No hace falta que hables.
Sé que en tu desmemoria,
me sigues queriendo,
mientras, a veces, te despiertas.

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