MÚSICA PARA EL ALMA

miércoles, 25 de enero de 2017

MORALEJAS DEL DÍA A DÍA





MORALEJAS DEL DÍA A DÍA 1


Salgo de un recinto deportivo, mientras tengo la mala fortuna de asistir a una conversación lamentable en la que dos mujeres se preguntan lo siguiente sobre un hombre que, según ellas, tiene la mala fortuna de andar con muletas y tener que acompañar a su mujer todas las mañanas a la piscina a primera hora de la mañana. Tenía más o menos el siguiente tenor:


- Pobre hombre. Me pregunto cómo puede venir todos los días tan temprano estando así (con muletas y poco menos que malherido de por vida supongo). Encima, anda que con el frío que hace.
- Pues sí, responde la otra.
- Puede que ya dentro de poco no lo veamos por aquí. No le debe quedar mucho (se ve que una discapacidad es lo mismo que una enfermedad terminal).



Como ya habrán podido imaginarse, habida cuenta de mi condición de discapacitado (que no inútil ni mucho menos), no daba crédito a lo que estaba escuchando, si bien es algo que he tenido que aguantar durante gran parte de mi vida. Prejuicios, opiniones sin fundamento y, ante todo, el hecho de tener que lidiar ya no solo con las dificultades (que no limitaciones) que ya imponen las circunstancias, sino con los impedimentos mentales de la gente, lo cual constituye un muro mucho más grande e infranqueable que muchos otros, pues no poseo el divino poder de profundizar en la mente de los demás para hacerlos que piensen de otra forma. Se lo puedo asegurar con total rotundidad.


Después de esta perorata, solo les pido una cosa: cuando vean a un discapacitado, no vean a una persona cuya única necesidad es que ustedes sientan una compasión malsana como la que muestra el diálogo. Vayan más allá y, si es posible, mírenla aunque no tengan la oportunidad de clavar sus miradas en las pupilas. Puede que ante ustedes se halle un discapacitado al que, a diferencia de muchas otras personas, le puede renquear algún miembro o flaquear alguna que otra extremidad, aunque tal vez no le cojee el alma como a muchos seres humanos "normales".


Moraleja: Las limitaciones no radican, en muchas ocasiones, en la condición, sino en la voluntad y en el pensamiento.


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