MÚSICA PARA EL ALMA

sábado, 24 de octubre de 2015

FARO DE AMARNOS



FAROS

No dejaba de mirarme.
Sus pupilas se clavaban
en las mías como flechas
de ternura acechando el corazón.

Y se me encendieron
las ganas como las farolas
de una urbe que no acaba
nunca de echarse a dormir,
mientras las chimeneas
exhalaban algún bostezo
de humo seco desde las azoteas.

Entonces supe que debía
atracar mi desnudez
en las costas de su cuerpo.

Mientras no dejaba
de mirarme aquella noche
en la que se nos encendían
las ganas, y sus ojos
fueron los faros que guiaron
mi barco de metáforas
hasta el inédito poema
de amarnos.


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