TENGO QUE DECIRLE ALGO
Ahora le pido que me brinde
unos segundos de su tiempo.
Tengo que decirle algo
que, tal vez, no ensordezca
el ruido cotidiano de la urbe.
Tengo que darle como respuesta
mi silencio al suyo.
Y que hablen de todo
lo que tenemos que contarnos
nuestras miradas.
Clavadas en el horizonte ínfimo
pero universal de las almas
que se tocan sin apenas
rozarse la piel,
dejemos que ahora hable
este poema por nosotros.
Todo lo que tengo que decirle.
Mi silencio ante el suyo.
Y que hablen estos versos.
Lo que tengo que decirte,
que ya sabe con mi silencio.