En este mundo donde la mayoría corre hacia ninguna parte, caminar hacia uno mismo constituye un acto de genuina valentía
Poeta del Alba
DEMASIADAS PRISAS
Deja de correr. Enlentece un poco
el ritmo frenético de tus días.
Párate a mirar alrededor.
Disfruta de un amanecer,
a tiempo para amar nacer.
Observa el mar y el tempo perfecto
y acompasado de las olas.
Mira cómo crece el árbol
sin que nadie le diga cuándo.
La primavera siempre aguarda
el sol de abril para resurgir,
así como el viento nunca
se equivoca en la dirección
con la que acaricia un arbusto.
La naturaleza es sabia,
y dicen algunos que es aquello
que crece espontáneamente,
sin prisa.
Sin embargo, en esta ciudad
en que la velocidad
es la única premisa,
vale la pena que te detengas
un momento y camines.
No corras ya demasiado,
porque quizás nunca llegues
así donde quieres.
Mirarse para adentro, por fortuna,
no requiere de horarios,
tan solo de pausa, calma
y tiempo para que escuches
lo que debe decirte el corazón.
y la música que cada día
te dedica tu alma
entre tanto ruido mundano.
Demasiadas prisas llevas,
así que deja tanto de correr.
Y camina para vivir
hacia ti mismo.
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