ESTADO DE LA TRANQUILIDAD
Sin banderas, ni fronteras.
Sin soldados, ni pacificadores.
Tan sólo el rumor del silencio,
la música de las olas
cuando abrazan liquidamente
la orilla.
Y lo que callo.
Ahora no me encuentro
en ningún país de la ONU,
sino en mi tranquilidad.
El maravilloso estado
de mi silencio.
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