TODO SUENA A DESPEDIDA
Todo suena ahora a despedida,
porque, quizás, me toca
decir adiós en este momento.
Decir adiós, y seguir
adelante en otra parte
en la que, tal vez,
también toque entonar
otro "hasta luego".
Adiós, hasta luego
a estos ojos rodeados
de mar y espuma,
y naufragios de miserias,
y tardes de alegría
al calor de un abrazo amistoso.
Todo suena a despedida ahora.
Y me alegro de no ser
yo, al menos, quien diga adiós.
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