HE DEJADO DE BESARTE
He dejado de besarte.
Es cierto, pero aún te quiero.
Y navego en esos labios
carnosos, aunque sólo arda
un recuerdo de deseos rotos
en cada minuto perdido
por tu ausencia.
He dejado de besarte.
Y sin embargo, te abarco
mientras pienso que sigues
en pie como aquella ola
de lujuria que sigue rompiendo
en las orillas de un poema
sin más nombre que tu corriente.
He dejado de besarte.
Quizás, porque aún
mi boca te quiere,
pese al no beso
de no poder olvidarte.
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