FUIMOS UN SEGUNDO
Fuimos un segundo de ternura.
La costumbre inmediata
de un arrumaco que se queda
a medias en el viento,
cuando ya no sopla
en tu sonido de lejana alegría.
Fugaces como el calor
efímero de un abrazo apócrifo.
Inciertos como un sueño
que despierta a galope
sobre una ciudad de castillos
de agua y naipes de asfalto.
Voz en la palabra,
y cuerpo en la metáfora,
mientras nos besamos.
Fuimos un segundo
en el que volví a crearte.
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