TUVE QUE BUSCAR LA MARAVILLA
Tuve que buscar la maravilla,
cuando el viento me miraba
posado sobre tu silueta.
Entonces, pude volar
hacia un sueño en una nave
de propulsión a ternura incierta.
Tuve que buscar la maravilla
en un adiós.
Y hasta ahora no he podido
despedirme de la belleza.
Desde que el mar ancló
su corriente en tus ojos.
Entonces, supe
que ya había encontrado la maravilla.
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