JUGAR AL MUNDO
Jugar al mundo
como si fuera una pelota
que sostiene el niño
que no deja nunca
de columpiarse en la inocencia.
Y a las granadas de zumo
como si no tuviera anillas
la guerra en los sueños.
Jugar al mundo,
y al cielo, y al delirio
sin cerrar los ojos
y sin que pese demasiado
la gravedad sobre la pelota.
En la tierra del tiempo,
jugar al tiempo
como humanos.
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