MÚSICA PARA EL ALMA

martes, 12 de febrero de 2013

UNIÓN




UNIÓN
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Contemplo la naturaleza. No veo que el agua piense en separarse del nenúfar que

reposa sobre sus ondas transparentes. En ese vínculo natural no existen 

nacionalidades ni banderas. Lo único que, tal vez, los separa es el tiempo. El agua
seguirá allí cuando el nenúfar marchite, pero otro vendrá a amarla a su manera

natural.



Algo bastante distinto ocurre en la ciudad. No somos naturalmente humanos. Escucho

cómo se empeñan algunos en separar nuestros pasos sin siquiera haberse intentado

estrechar la mano. No somos el agua y el nenúfar que se aman, naturalmente. 


Preferimos desunirnos. Y solo me pregunto: ¿Tanto cuesta ser naturales?


Hablemos una misma lengua. Portemos una misma bandera de amor y ternura y


conquistemos los besos como si el cariño pudiese forjar naciones de belleza. Con


distintos tonos. Con distintos acentos.


Con otras palabras, pero seamos, al fin, naturalmente humanos.

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