ENÉSIMO POEMA AL TIEMPO
No lo veo. No lo siento,
pero pasa corriendo
como la sangre por las venas.
Y vuela como las hojas
ingrávidas del otoño,
cuando las nieve fustiga
su costado verde de primavera.
Y va golpeando dulcemente
las arrugas como un pasajero
invisible de los calendarios
que arrancan estaciones,
y recuerdos.
Está ahí el tiempo.
Y pasa, de repente,
y sin querer llega después
de ahora, y un adiós
definitivo, cuando ya no quedan
más despedidas que llorar.
No lo veo, no lo siento,
pero puedo decir que me espera.
Ahí está el tiempo
que me sucede de repente.
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