MÚSICA PARA EL ALMA

viernes, 25 de noviembre de 2011

SILLAS



SILLAS

Aún guardan calor las sillas
y los bancos en los que se sentaron
tus curvas de primavera,
y flores invernales.

Y tengo frío, porque solas
las palabras me devuelven
a esa triste verdad de hallarte
siempre en un beso sin labios,
ausente en la maquinaria imparable
de los latidos afligidos en el pecho.

Recuerdo aquellas tardes, entonces,
en las que abrazarse
era solo cuestión de tiempo,
y no de tejer maravillas de piel
sobre las siluetas entintadas
de una hoja sin corazón.

Ahora corre el río sobre el puente.
Y en la corriente no escucho
el murmullo solapado
de esas caricias de agua
que solías darme.

Todo se amolda ahora
a tu olvido como los viajes
a las estaciones de las despedidas,
y los raíles como cremalleras
oxidadas en un armario viejo.

Porque aún guardan calor
la sillas en las que nos sentamos
a contemplar la belleza
de estar enamorados.


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