MÚSICA PARA EL ALMA

viernes, 12 de febrero de 2016

NO ACUDEN LOS PÁJAROS



A esta lúgubre oficina,
en una tarde triste de febrero
en que la rutina se disfraza
solo un rato de colorines,
ya no acuden los pájaros.


Y mi alma me pide
que vuelva a aquellos sueños
celestes a buscarlos
para que anide la esperanza
tranquila otra vez en mi rellano.


Recuerdo que entonces paseaba
en triciclo por el Sol sin quemarme,
y la gravedad no me arrastraba
al fondo como hace ahora
con la belleza que concibo,
tras tirarla a la papelera
de alguna ilusión fútil.

Todo era maravilloso, y volar
quedaba solo a un pensamiento
certero de distancia,
que siempre llegaba
en el momento justo
para alzarme del tiempo,
el hastío, y el mundo
con el peso de la tristeza
sobre los hombros de asfalto
de una ciudad sin dioses ni sirenas.

Pero hoy los pájaros,
colibríes y demás aves
baten las alas lejos
de estos cristales.

Y sueño despierto
con que algún día
amanezca cerca del viento
mi esperanza vestida de utopía.
 

 

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