NO TAN LOCO COMO DEBIERA
Estoy ya bastante loco.
Pero, en ocasiones, no creo
que lo esté como debiera.
Resulta díficil pasar el día
cargando cuerdas en el cuello
sin ahogarse.
Y nadar tanto a contracorriente
sin hundirse como un pez
de junglas de cristal
de cuyas branquias sólo se acuerda
la fosa de crista de una agujero
de botella en noche ebria.
Estoy loco.
Pero no me matan
las espadas
de mis palabras aún.
No tan loco como debiera.
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