PIANOS DORMIDOS
Escucho el silencio, tranquilo.
Transita por mis oídos
como una mujer por desnudarse,
como una hoja por colgarse
de la flor de la primavera.
Y lo siento, y lo toco,
aunque no haya manos
que puedan palpar el aire.
Escucho el silencio,
cuando me caso con la música.
Y despiertan los pianos dormidos,
las voces enterradas de un mundo
en que suenan demasiados ruidos,
y gritos sin profundidad
en garganta alguna.
Escucho el silencio
con la música, de otra manera.
Ya no duele tanto.
Suena a piano recién despierto.
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