DAR MARCHA ATRÁS
No se puede dejar de envejecer.
Y crecer sólo es algo alegre,
cuando huele a piñata
y regalos en papel charol.
Nadie puede desandar
los años ya andados,
y tampoco se puede evitar
que el otoño derribe los frutos
celestes de la primavera.
El agua sigue corriendo
bajo el puente y mientras tanto
pienso que mi tiempo
vuela como ella sobre sus ondas.
Soy eternamente efímero,
y no puedo dar marcha atrás
al tiempo.
Tan sólo tengo
una eternidad.
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