SUCEDE QUE SOY HOMBRE
Sucede que soy hombre.
Y algunas veces quisiera
retornar al polvo y ser
más ligero que la corriente
del viento surcando horizontes:
la gravedad de los errores
pesa demasiado en el corazón,
cuando todavía se está vivo
pese a los silentes latidos
detrás del pecho.
Sucede que soy hombre.
Lo vuelvo a decir.
Y, a veces, me ahogo
en un vaso de agua.
Otras me gusta que la lluvia
surque con dulzura los besos
sin que haga estragos
un diluvio sobre la ciudad:
me encantan las tormentas
cuando saben a pasión,
y naranjas en la piel.
Sucede que soy hombre.
Imperfectamente hombre.
0 comentarios:
Publicar un comentario