EN EL CONTICINIO
En el conticinio,
cuando nada puede impedir
que te ame
como yo quiero
que me ames.
Cuando todo está en calma,
Cuando todo es silencio,
y puedo declamar tu piel
para que vuelvas
desde tu ausencia
a tocar mi tacto
desesperado de fruta,
y primavera por fecundar,
y las palabras de ternura
que habrán de escribir
tus dedos sobre mi espalda.
En el conticinio
digo adiós a la ciudad.
Y regresa tu país
de flores a mi tristeza
dulcemente nocturna como tú.
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