MÚSICA PARA EL ALMA

lunes, 4 de julio de 2011

ERAN OTROS TIEMPOS








ERAN OTROS TIEMPOS






Eran otros tiempos.



La ciudad no se oscurecía



tanto al caer la tarde.






Los ojos no se cansaban



de mirar para otro lado,



como a los sueños.






Despertarse era saludar



amablemente a los gallos



sin pensar en cuánto podían pesar



las mañanas de las prisas,



y los bares impregnados de café,



y barullo, y bullicio mundanal.






Los números romanos



en la escuela se sumaban



como las amapolas



en la primavera a las raíces



de la tierra.






En la piel un temblor dulce



respondía al miedo



a los fantasmas.






Sobre los puentes las estrellas



atravesaban un cielo de asfalto



y luz pavimentada.






El único deber de todos



era sonreír.






Salir de la crisis del 93



era menester



de preocupados mayores.






Y en el país de los Playmobil



se viajaba lejos,



como a un mar de distancia.






En el agua nunca se hundían



los raíles sin oxidar



de la inocencia.






Ya lo he dicho:



eran otros tiempos



en los que el tiempo



no costaba tantas arrugas,



y el único peaje a la fantasía



era el cansancio bien educado.






Y ahora tengo ya veintiséis años.



La ciudad se vuelve más oscura



al caer la tarde,



cuando la avenida se puebla



de lámparas agitadas



y soledades de huellas.






A dieciocho años estoy



de aquella felicidad.


2 comentarios:

Carles Lianiaski dijo...

Me ha gustado :D. Me tienes que enseñar los números rumanos ;) un abrazo crack!!

Poeta del Alba dijo...

Corregido ya el error. No hay que aprender números rumanos por ahora,jje