MÚSICA PARA EL ALMA

miércoles, 30 de diciembre de 2009

DEMASIADO TIEMPO SIN TIEMPO






DEMASIADO TIEMPO SIN TIEMPO



La ciudad padece ya una enfermedad incurable cuyo remedio no creo que pueda encontrarse entre tantos pasos sin consciencia del camino, y tantas prisas. Los relojes marcan las horas, y sus agujas transitan por esos entes de madera, metal o cualquier material que se precie como caballos que corren una última carrera hasta la falta de aliento. Los segundos, los minutos, y las horas van discurriendo sin cesar en una monotonía circular que parece no afectar a las planicies urbanas y mundanas de asfalto, que rodean todo cuanto conocemos. Hay gotas de lluvia también, en este momento, que bailan maravillosamente ese vals de invierno al que invitan las baldosas de las aceras: un momento bello que ya no da tiempo de observar como convendría.



Hay tiempo, pero ya nos faltan horas para disfrutarlo. Hay muchas horas cuyos latidos de minutos están aún por sentirse, pero no nos quedan muchas milésimas de tiempo para detenernos, tal vez, en el banco de un parque cualquiera en un lugar cualquiera del mundo para mirar a un niño jugando a la pelota, y volver a la inocencia, aunque sólo sea durante unos pocos minutos. Porque, tal vez, ya no existe el tiempo como tal, sino como un bien preciado que no se debe malgastar. Unas cuantas hojas de calendario que debemos arrancar de los almanaques en cuanto desaparecen meses y más meses sin vivir realmente uno solo de ellos. Algo que dicen que nos va matando poco a poco, de forma sigilosa, como caza una serpiente camuflada la presa del día en cualquier lugar de la salvaje jungla.



Y mientras escribo, sigue pasando el tiempo. Puede que eso sea cierto, pero al menos soy consciente de que estos segundos tienen algo de tiempo que no voy a tirar, ni mucho menos, a la basura de otra historia. Demasiada prisa se tiene. Mucho se corre, y pocos son los segundos para detenerse a contemplar la vida como convendría, lentamente sin llegar a detenerse. La ciudad tiene algo de fiebre. Está corriendo ,tal vez, demasiado. Demasiado tiempo sin tiempo.

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