ÚNICO COMANDANTE
Ahora sólo tengo un comandante
al que seguir.
Y no tiene rango,
ni medallas, ni insignias.
Ningún soldado
le rinde pleitesía.
Y tampoco he de dejarme
las rodillas en el campo
de batallas por él.
La única orden es existir,
y caminar sin descanso,
hasta el último aliento.
Lo que usted mande, vida.
Para que la muerte lo sepa.
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