ETAPAS
Corremos a pedales
con la bicicleta
de los sueños por el mundo,
cuando surcar el cielo
es cuestión de papeles
y ganas de pintar.
Luego pasamos en tren
por la adolescencia
hasta dejar de gatear
en caminos de dudas.
Después se va apagando
el brillo de la insconciencia
de los ojos.
Madura el tiempo,
se vuelve más raudo,
y cada cumpleaños es otra hoja
arrancada del calendario,
y otra vela gastada.
Volar, entonces,
ya pesa un billete de avión
y algún aterrizaje forzoso
sobre los espejos
de la soledad humana
y natural de solo soñar.
Surcan los años, un rato después,
el rostro. Sobre los cabellos
comienza a nevar la edad,
y toca que las arrugas
anden la última etapa
del sendero sobre la piel.
Y luego, el final
de la historia.
Y si se llega a escribir,
tal vez, la vida.
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