SOY LA MITAD DE NADA
Soy la mitad de nada.
La mitad de nadie,
la mitad de un pecho
hermoso abierto al mío.
Casi un tercio, quizás,
de otra ausencia,
la mitad de otra imagen,
y de otras lágrimas.
Soy la mitad de nada.
La mitad de nadie,
la mitad de ti.
Y ya es mucho,
y es, a veces, demasiado.
Y ya es todo.
Soy ahora,
mientras escribo,
la mitad de tu silencio,
la mitad de ti, en fin.
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