Desde el recuerdo
te sigo hilvanando
en cada palabra,
como si un poema
cosiera tus labios a mi boca,
y el amor a los muelles
azules de un eterno mediodía.
.
Y, en silencio, nos besáramos.
Sé que no estás,
y estás muda como el agua
de un charco que no llega
a la corriente marina
para gritar su grandeza transparente.
Eres soledad, y ausencia.
Belleza de aire, y olvido,
y una ilusión de deseo
que abrasa demasiado el pecho
cuando solo late
en los versos.
Y despedida agridulce.
En cada recuerdo eres
lo que nunca dejas de ser.
Los años de belleza
que no olvido.
2 comentarios:
El amor es así, como tu poema, una paradoja. Querer retener el recuerdo del ser amado en esos días de felicidad, sin embargo, muy en nuestro interior le reprochamos su ausencia y le rechazamos con un eterno, efímero y apasionado abrazo.
Lo es. Es tan complicado y paradójico como la vida misma
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