NO COMPARTIR LAS LÁGRIMAS
A veces, pienso:
no vale la pena
compartir las lágrimas
cuando es preferible
el silencio a un aplauso
de voz hipócrita
en el oído.
Porque, entonces, es mejor
ser, tal vez, como la ola
que, al despertar en la corriente,
se mece un segundo en la arena,
lanza su canto de espuma
y se esfuma rauda en su vaivén
como las letras de un verso
en los brazos del viento.
No vale la pena, a veces,
abrir la puerta de la tristeza,
cuando nadie quiere escuchar
una gota simple en el río,
algo más salada que de costumbre.
Queda, entonces, compartir las lágrimas
inútiles con los folios
vacíos de mi historia.
1 comentarios:
Me encantaron las palabras escritas en esta entrada. Me sentí tan identificada con ellas...
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