POR QUÉ ESCRIBO
Escribo, porque escribir
es adornar, a veces, la tristeza.
Brindarle un poco de mediodía
a las tardes que se arriman
a cada día lóbregas y solitarias.
Y amar, a veces, cada lágrima
que se asoma a los ojos
como otro paso de la corriente
marina y nostálgica de vivir.
Escribo, porque escribir, tal vez
es amar las palabras,
incluso hasta en las lágrimas.
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