NO PREGUNTES POR QUÉ
Te amo, aunque estés lejos.
Y no preguntes por qué.
Quizás, las heridas duelen menos
cuando hay dos cicatrices
que pueden taparlas.
Y la pena no es tal,
cuando hay quien escucha
dos lágrimas en toda la corriente.
Te amo, y no preguntes
por qué. Quizás,
no haya más respuesta
que el silencio para compartirte.
Y que sigas calmando dolores...
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