DIÁLOGO CON EL MAR
Ahora hablo con el mar.
Y lo escucho, y lo toco.
Cada uno de esos verbos de agua
que se deshacen en mis oídos
como el viento entre los dedos
para regalarme alguna canción
llena de nostalgia y espuma.
Hablo con el mar. Y en su vaivén
no deja de contarme cuán efímera
es cada gota que deja evaporarse
en las orillas de las costas.
Y cuánto puede decir el agua,
cuando se la escucha,
y se dobla en las yemas
de los dedos como una pez
al compás de la corriente.
Hablo ahora con el mar.
Y le escribo, quizás, ahora
con un poquito de sal
en las mejillas
cuán alegre estoy de existir,
mientras le hablo.
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