A MI MADRE
El mar ahora se estanca,
en el azul claro de sus ojos.
Parece como si la corriente
de luz de sus pupilas
se hubiese olvidado de mecer
las olas de su consciencia.
Y es como si ya solo pronunciara
recuerdos en su mirada.
Ahora puede que no sepa casi
cuántos años tiene su memoria.
Y puede también que no se acuerde
de aquellos gritos, y triciclos
que paseaban por la casa,
cuando aún las arrugas
eran surcos para el futuro.
Pero, al menos, ayer
sonaba una guitarra
de notas resignadas,
y dulce melancolía,
y en su rostro se dibujó
un instante de gesto,
una sonrisa a la que la nieve
gris de su pelo encanecido
no supo enterrar.
A mi madre
este poema.
A mi madre..
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