MÚSICA PARA EL ALMA

viernes, 25 de marzo de 2011

AYER LA SOLEDAD



AYER LA SOLEDAD


Ayer la soledad
no estuvo cerca,
ni a un golpe de puerta,
ni a dos giros de llave,
ni a una ausencia de ti.

Porque la ocupaste tú.
Porque la ocupamos nosotros
como se ocupa una habitación
de balcones azules infinitos,
y ventanas transparentes
sin fronteras en los alféizares.

Y se ocupa el silencio
sin palabras.

Porque me esperaste.
Porque nos esperamos.
Y estuviste donde estuvieron
mis besos,
mientras sellabas
tus labios con los míos.
Y cerrábamos el aire
en un suspiro como si el viento
tuviese cremalleras de corriente
a las que atar la carrera
de las nubes por el cielo.

En un gemido, en un estremecimiento
nos dimos el mundo.

Y exploramos las avenidas
celestes de la lujuria
de los dedos entrelazados,
los cuerpos lluviosos de sal
sobre los poros
las sonrisas cómplices,
y los relojes sin arena
en los mediodías.

Porque me miraste,
porque nos miramos.
Nos dimos el sol,
cuando atracó la tarde
sobre el horizonte.

Y las lámparas de las calles
no agotaron tanto sus huellas
de luz sobre el asfalto.

Me quisiste.
Nos quisimos.

Y ayer la soledad
no estuvo tan cerca,
ni a un golpe de puerta,
ni a dos giros de llaves,
ni a una ausencia de ti.

Porque estuviste
donde estuvieron mis besos.


0 comentarios: