PERMÍTANME SOÑAR
Puede que no gobierne ningún Estado,
Puede que nadie
me rinda pleitesía
sobre un trono.
Pero sé que siempre,
tras mis ojos,
soy dueño
de mis propios sueños.
Por ello, ahora les pido
una simple cosa:
permítanme soñar.
No existe más belleza que atrapar los sonidos del mundo en unas palabras y ahondar en sus misterios por medio de las palabras de un poema.
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