LADRIDOS EN LA ESCUELA
Ladridos en la escuela.
Es una lástima que aún
se escuchen ladridos
entre las paredes de las escuelas,
y no tengan hambre
los perros para tragarse
las garras de sus amos,
y las pizarras bombardeadas.
Tal vez, les falta calcio
para los colmillos
bajo el cartón de sus casas,
y la lluvia de lágrimas
de sus ojos de tierra.
A los perros de la escuela
que no saben morder
el mundo esta tarde.
Tal vez, sea complicado
ser animal sin querer.
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