ENCONTRAR PAYASOS
Ahora se ha vuelto
algo difícil encontrar payasos.
Las aceras no me sonríen,
y las sonrisas se han tornado
habitantes también del asfalto.
Las calles no se tiñen
ya de narices rojas.
La sangre
se ha vuelto adinerada.
Los circos se han quedado
mudos, y los funambulistas
ahora no recorren cuerdas finas,
sino dogales siempre
por el corazón.
¿Y dónde queda ya la comedia?
Quizás, mañana me toque,
después de fingir mi alegría,
seguir con mi teatro
tras los telones de la urbe.
1 comentarios:
Que trip el tuyo, mano la verdad!
Publicar un comentario