MÚSICA PARA EL ALMA

miércoles, 2 de abril de 2014

NO ESPERES DEMASIADO



NO ESPERES DEMASIADO

No esperes demasiado.
No esperemos demasiado de mí.
Entre toda la gente,
no soy ni mucho menos gigante.

Tampoco obro milagros.
De cuando en cuando hilvano
algún poema con pedazos de belleza
que el mundo me depara,
escondidos bajo el pavimento
o el silencio sordo
de otro viandante.

No esperes demasiado
de lo que puedo ser.

Las chisteras nunca se me dieron
bien para maquillar tristezas,
y no soy muchas veces capaz
de acribillar mis miedos 
a voluntades secretas de vivir,
y soñar.

He arruinado castillos de aire
que ni siquiera empecé a construir.

Se me han roto bolsillos
cargados de agendas y claveles
que nunca llegué a mostrarte.

He desalojado primaveras
y sueños infinitos
de los solares de mi nostalgia,
porque se le quedaba grande
al mar mis cuatro paredes.

He destrozado rimas
que solo quisieron estar
en las estrofas sin alejandrinos
ni quintetos de tus arrumacos.

Y me da miedo morir,
aunque en tus brazos
me sepa, a veces, casi eterno
y desplace al tiempo
hacia tus interminables horas
de ternura.

Sin embargo, pese a todo,
y pese a mí mismo,
quiero que sepas algo:
a mis dedos les encanta
andar por ese lugar recóndito
de descanso donde todas los días
y las tardes son domingo
para una utopía tranquila.

Y ese sitio no es otro
que tus labios
a la espera de que les diga
con mi boca cuánto los quiero.

Solo espera de mí
que te ame imperfectamente.


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