AMANECÍA
Amanecía.
El sol aún no se había
asomado todavía en el horizonte.
Me estabas mirando
para que naciera contigo
el sentimiento más profundo
de amor y dulce mediodía.
Tus ojos se clavaron
en los míos, entonces.
Y parecía que no se iba
a hacer de noche.
Chocaron los cuerpos,
las caricias nos volvieron uno.
Y parecía ser todo
hasta que tu ausencia
murió contigo.
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