Ya casi estás, ya casi estamos.
El recuerdo acerca las carreteras
de sal que llevan a tu ausencia.
Y, a veces, vuelvo a mirarte
a los ojos como si emergiera
de ellos luz en la pupila.
Subirte hacia tu rostro
es, a veces, llegar a la cumbre
del agua que abraza,
de repente, la orilla
para desaparecer con la corriente.
Y te quiero, a veces,
casi te quiero.
Ya casi estás, ya casi estamos.
Subirte hacia tu rostro
es, a veces, llegar a la cumbre
del agua que abraza,
de repente, la orilla
para desaparecer con la corriente.
Y te quiero, a veces,
casi te quiero.
Ya casi estás, ya casi estamos.
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