La vida es triste, a veces,
como la última luz de un faro
que despide travesías viejas
de besos y pasiones antiguas
que atracan aún
en los puertos
azules del recuerdo.
Y solo tengo ganas
de decir adiós.
Enterrar mi voz
bajo el asfalto
como una flor que no quiere
enfrentarse a las estaciones.
Y que nada me mate,
ni siquiera el tiempo.
La soledad, entonces,
es la casa más acogedora
de unas lágrimas,
y de mi tristeza.
Cuando la vida es triste,
y solo tengo ganas
de que nazca otra
bella despedida en un poema
entre cuyos márgenes se oculta
la esquina de ese patio
de mi melancolía
Decir adiós,
cuando la vida es triste.
que atracan aún
en los puertos
azules del recuerdo.
Y solo tengo ganas
de decir adiós.
Enterrar mi voz
bajo el asfalto
como una flor que no quiere
enfrentarse a las estaciones.
Y que nada me mate,
ni siquiera el tiempo.
La soledad, entonces,
es la casa más acogedora
de unas lágrimas,
y de mi tristeza.
Cuando la vida es triste,
y solo tengo ganas
de que nazca otra
bella despedida en un poema
entre cuyos márgenes se oculta
la esquina de ese patio
de mi melancolía
Decir adiós,
cuando la vida es triste.
2 comentarios:
sr poeta del alba me gusta todo lo que escribe, escribe mas de la vida y menos del amor.. si..
Me alegra mucho que te transmitan algo y te gusten. Siempre sienta bien agradar con las palabras.
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